jueves, 29 de abril de 2010

La rosa de los vientos, o Agenda Setting.

¿Quién mueve los vientos de quien?
¿Condicionan los medios nuestras actitudes o somos nosotros los que influimos en lo que ofrecen los medios?

La mayoría de las imágenes del mundo no están a nuestro alcance directo. Si no fuera por los medios no sabríamos quien es Jordan, o Madona. Ellos son nuestra fuente de datos, nuestros ojos respecto a lo que no podemos abarcar. La necesidad de información que tenemos solo puede saciarse leyendo los periódicos o viendo la tele, por lo tanto, ¿Es real el mundo que hay en nuestras mentes? Casi ninguna información que poseemos ha sido adquirida de primera mano.
Cuando nos informamos, ¿estamos quitándonos la venda que llevamos en los ojos o por el contrario nos la están poniéndola y restringiéndola a lo que quieren que veamos?

Yo particularmente no soy de ninguna de las dos opiniones. Bien creo que los medios tienen el poder de condicionar la agenda ciudadana, pero eso no anula el poder de elección del pueblo. Por mucho que hablen de Belén Esteban, nunca va a ser mi tema de conversación, y como ese, muchos otros ejemplos.
Lo que si es más complicado es cuando no se informa de algo. Los ciudadanos normalmente no tenemos la opción de conocer eventos sociales si no nos han informado los medios. Aquello de lo que deciden no hablar está muerto, obsoleto, es información perdida. Pero, ¿quién decide por nosotros lo que queremos o no ver?
La Teoría de la Agenda Setting defiende dos niveles en la misma. Los medios nos dicen SOBRE QUÉ pensar, poniendo más énfasis en un tema u otro, o simplemente incluyéndolo en la agenda. Los medios nos dicen QUÉ pensar, es decir, si este tema está bien o mal, y sus aspectos importantes. Su función como creadores de opinión podría decirse que la ejercen bien, ya que hacen de la agenda de los medios, la agenda de la sociedad.



¿Tenemos realmente una necesidad psicológica de ser orientados en los temas? ¿No somos capaces de formar nuestras propias opiniones? La verdad es que en la sociedad en la que vivimos, es bastante complicado no recibir el impacto de la información continuamente, lo que hace imposible comprobar si una persona aséptica a los medios de información, realmente podría tener opiniones propias.
Yo digo, ¿Y qué si condicionan y deciden lo que debemos conocer? ¿No está ya acaso condicionado? El estado elige los temas del país, en el colegio eligen lo que tienes que estudiar, Google condiciona los temas que encuentras en Internet…
No es una visión pesimista. Hay que conocer, porque es la base de todo. Hay que informarse, y a ser posible de más de un medio. Hay que tener una actitud crítica y no creernos al primero que nos cuente algo, pero sobre todo hay que usar lo que tenemos sobre los hombros. Que fabrique nuestras propias opiniones y que sea capaz de reaccionar ante información que no le guste.

En Madrid ocurre lo mismo, la ciudad se mueve al compás marcado por la rosa de los vientos. Los eventos están condicionados y es probable que ahora mismo nos estemos perdiendo uno desconocido solo porque no salió en el periódico. Pero…
¿Dónde está la revolución de los vientos? M les está esperando.

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